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Aquello
de 'Barbate, atún y chocolate' que decía la canción está muy bien para una
banda sonora, pero esconde una auténtica lacra para todo un pueblo de la
provincia de Cádiz. Barbate, ahogado por la doble soga de la crisis y la droga,
empieza a centrarse -en realidad lleva ya mucho tiempo, pero ahora parece que
cristalizan más los esfuerzos- exclusivamente en el
atún.
El consumo de este pescado está de moda en todo el
mundo y, sin duda, Barbate es la gran referencia a nivel nacional. No sólo el
municipio barbateño, sino en realidad toda la provincia, está obligada a
aprovechar este 'tirón' para que la moda se asiente, no dejarla escapar, y
convertir el atún en un gran motor de desarrollo turístico.
Las posibilidades son enormes. Y además, no hay
muchas alternativas. La otra, la que sigue vigente y hay que erradicar es la
del tráfico de drogas.
Desde hace años, la juventud barbateña ha sido
masacrada por ese 'chocolate' que dice la canción. Decenas de barbateños
pueblan las cárceles por haberse dejado llevar por el trapicheo, por el dinero
'fácil' de los alijos nocturnos.
Desde los partidos políticos a las fuerzas de seguridad
del Estado deben seguir esforzándose por revertir esa situación. Para conseguir
que el estigma que pesa sobre el pueblo desaparezca. Y empezar a pelear lo que
de verdad quieren la inmensa mayoría de los barbateños, que no es otra cosa que
salir hacia adelante con el esfuerzo de su trabajo. Aprovechándose, eso sí, del
regalo que en forma de atún le ha dado la naturaleza. Trabajo por delante hay
muchísimo. Desde aumentar las cuotas de pesca a una potente labor de promoción
turística.
Todo para que la canción quede obsoleta, caiga en
el olvido. Porque tras esa letra se esconden cientos de dramas.
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