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¿PELIGRA LA SOCIALDEMOCRACIA?

He tenido la ocasión de leer a algunos agoreros bajo una premonición totalmente subjetiva proclamando el final de la socialdemocracia, al igual que muchas otras corrientes que desataron pasiones a lo largo de la historia, organizaciones que a pesar de contar con fervientes seguidores se quedaron en el camino de la lucha contra las desigualdades sociales, las injusticias, el conservadurismo atrofiador,… movimientos que el reloj de la historia (por cierto no es suizo y desde Mircea Eliade, pasando por los Yugas Indios hasta el “instante presente” de Séneca, aún no ha fallado), los llevó a yacer en el cementerio de las ideas políticas.

Según estos científicos de la percepción, las ideas socialdemócratas contemplarán lo larga que es la sombra del ciprés.

Pero estos augurios motivan a los que todavía creemos que una sociedad más justa, más igualitaria, en definitiva una sociedad mejor es posible, y la socialdemocracia fiel al progreso en su amplia acepción abanderará la revolución que la sociedad le demanda, comenzando por las ideas hasta llegar a la acción, para hacer frente al aluvión de necesidades sociales que, con carácter de urgencia la sociedad demanda.

Para ello es necesario redirigir los mensajes para crear entusiasmo en la sociedad, sobre todo en aquellos que han sido víctimas de una crisis que los amenaza con la miseria, y esto le ocurre a multitud de familias, a “mileuristas”, a jóvenes desprotegidos por un capitalismo financiero procedente de los gobiernos que aplicaban teorías económicas propias de los “fundamentalistas del mercado”.

Para la liberación de esta supuesta amenaza es necesario adaptarse a los nuevos tiempos, buscar nuevas soluciones a nuevos problemas, estar preparados para la inevitable invasión de los nuevos mercados emergentes cuyos actores del desarrollo no son los gobiernos, sino los organismos financiero, hasta el punto de que alguno de estos mercados se ha convertido en un autentico banco mundial a tenor de sus divisas.

Por lo tanto, una buena arma para frenar esta supuesta conjetura es la transformación, es el progreso, y si hay una corriente pensadora que está acostumbrada al progreso, a innovar en las ideas, a la utopía convertida en la realidad, esa es la socialdemocracia

Lolo Miranda
Sº de Coordinación y Organización
PSOE-Barbate

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